CUANDO DIOS TE DICE VUELVE


UNA EXPERIENCIA CRISTIANA GENUINA

VI QUE a menos que haya un cambio completo en los jóvenes, una conversión cabal, pueden desesperar del cielo. Por lo que me ha sido mostrado no hay más de la mitad de los jóvenes que hacen profesión de religión y de la verdad, que se hayan convertido realmente. Si se hubiesen convertido, llevarían fruto para la gloria de Dios. Muchos se apoyan en una esperanza supuesta, sin verdadero fundamento. La fuente no ha sido limpiada, por lo cual las corrientes que proceden de ella no son puras. Limpiad la fuente, y las corrientes serán puras. 
Si el corazón es recto, vuestras palabras, vuestros vestidos, vuestros actos serán correctos. Falta la verdadera piedad. No quisiera deshonrar a mi Maestro hasta el punto de admitir que una persona descuidada, superficial, que no ora, sea cristiana. No; el cristiano vence sus tentaciones, sus pasiones. Hay un remedio para el alma enferma de pecado. Este remedio está en Jesús. ¡Precioso Salvador! Su gracia basta para el más débil; y el más fuerte tiene que tener también su gracia o perecer. 

LA GRACIA SALVADORA 

Vi cómo podía obtenerse esta gracia. Id a vuestro lugar privado, y allí, solos, rogad a Dios: "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí"."Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí".Sal. 51: 10 Sed fervientes, sed sinceros. La oración ferviente aprovecha mucho. Como Jacob, 130 luchad en oración. Sufrid intensamente. Jesús, en el jardín, transpiró grandes gotas de sangre; debéis hacer un esfuerzo. No abandonéis vuestra cámara hasta que os sintáis fuertes en Dios; velad luego, y mientras continuéis velando y orando, podréis dominar estas tentaciones, y la gracia de Dios se manifestará en vosotros. (Nota: Sal. 51: 10*) No permita Dios que yo deje de amonestaros. Jóvenes amigos, buscad al Señor de todo corazón. Actuad con celo, y cuando sinceramente sintáis que sin la ayuda de Dios pereceréis, cuando suspiréis por él como el cervatillo suspira por los manantiales de agua, el Señor os fortalecerá rápidamente. Entonces vuestra paz sobrepasará los límites de toda comprensión. Si esperáis ser salvos, debéis orar. Tomaos tiempo. No seáis precipitados ni descuidados en vuestras oraciones. Rogad a Dios que obre en vosotros una completa reforma, para que moren en vosotros los frutos de su Espíritu y brilléis como luces en el mundo. No seáis un obstáculo ni una maldición para la causa de Dios; podéis ser una ayuda, una bendición. ¿Os dice Satanás que no podéis gozar de la salvación plena y gratuita? No lo creáis. 

LOS PRIMEROS PASOS 

Es privilegio de todo cristiano gozar de los profundos impulsos obrados por el Espíritu de Dios. Una paz dulce y celestial invadirá la mente y os gustará meditar en Dios y en el cielo. Os deleitaréis en las gloriosas promesas de su Palabra. Pero estad seguros primero de que habéis empezado el camino cristiano. Cercioraos de que habéis dado los primeros pasos en el camino que lleva a la vida eterna. No os engañéis. Temo más aún, sé que muchos de vosotros no sabéis lo que es la religión. Habéis sentido cierta excitación, cierta emoción, pero nunca habéis visto el pecado en su enormidad. No habéis sentido vuestra condición arruinada, no os habéis apartado de vuestros malos caminos con amarga pena. Nunca habéis muerto al mundo. Todavía amáis sus placeres; os gusta tener parte en conversaciones sobre asuntos mundanos. Pero cuando se introduce el tema de la verdad de Dios, no tenéis nada que decir. ¿Por qué tanto silencio? ¿Por qué tan conversadores en cuanto a asuntos mundanos y tan silenciosos respecto a un tema que debiera preocuparas en sumo grado, un tema en el cual debería estar empeñada vuestra alma entera? La verdad de Dios no mora en vosotros ( Testimonies , tomo 1, págs. 158, 159). 

DESPEJAD EL CAMINO PARA RECIBIR LA BENDICIÓN DE DIOS 

Nada hay que Satanás tema tanto como que el pueblo de Dios limpie el camino de todo obstáculo, de modo que el Señor pueda derramar su Espíritu sobre una iglesia languideciente y una congregación impenitente. Si Satanás saliera con la suya, no habría, hasta el fin del tiempo, otro despertar, grande ni pequeño. Pelo no ignoramos sus ardides. Es posible resistir a su poder. Cuando se haya preparado el camino para el Espíritu de Dios, vendrá la bendición. Tan ciertamente como que Satanás no puede cerrar las ventanas del cielo para que no caiga lluvia sobre la tierra, no puede impedir que una lluvia de bendición caiga sobre el pueblo de Dios. Ni los hombres perversos ni los demonios pueden obstaculizar la obra de Dios ni impedir su presencia en las asambleas de su pueblo, si éste, con corazón contrito y sumiso, confiesa y aparta sus pecados, y reclama con fe sus promesas ( Review and Herald , marzo 22, 1887). 

Share on Google Plus

About Unknown

This is a short description in the author block about the author. You edit it by entering text in the "Biographical Info" field in the user admin panel.
    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios :

Publicar un comentario