ESCLAVOS DEL MUNDO

LA CONFORMIDAD CON EL MUNDO

Los que van por el camino estrecho hablan de alegría y la felicidad que les aguarda al fin de la jornada. Sus rostros están con frecuencia tristes, pero obstante brillan a menudo con gozo santo, sagrado, No visten como los de la compañía que va por el camino ancho, ni hablan, ni proceden como ellos. Les ha sido dado un Modelo. Un hombre de dolores, familiarizado con las penas, abrió ese camino para ellos y lo recibió él mismo. Sus seguidores ven sus pisadas y se animan y consuelan. El lo recorrió con seguridad; lo mismo podrán hacer ellos, si siguen sus pisadas.

EL CAMINO ANCHO 


En el camino ancho todos se ocupan de su persona de su vestido y de los placeres que hay por el camino. Se complacen libremente en la hilaridad y el regocijo sin pensar en el final de su viaje, en la destrucción segura que les espera al fin del camino. Cada día se acercan más a la destrucción, y sin embargo se apresuran locamente, cada vez con más rapidez. ¡Cuán terrible me pareció esto!
Vi que muchos de los que andaban por este camino ancho tenían escrito sobre ellos lo siguiente: "Muerte para el mundo. El fin de todas las cosas está cerca Estad vosotros también apercibidos". Se asemejaban todas las personas vanas que los rodeaban, a excepción de una sombra de tristeza que noté en sus rostros. Su conversación era como la de las personas alegres, irreflexivas que los rodeaban, pero ocasionalmente señalaban con gran satisfacción las letras de sus vestidos, invitando a los otros a llevarlas también en los suyos. Iban por el camino ancho, y sin embargo profesaban ser de los que viajaban por el camino estrecho. Los que iban a su lado decían: "No hay distinción entre nosotros. Todos somos iguales; nos vestimos y hablamos y procedemos del mismo modo".
Me fue mostrada la conformidad de algunos profesos observadores del sábado con el mundo. Vi que eso es una vergüenza para su profesión, una vergüenza para la causa de Dios. Dan un mentís a su profesión. Piensan que no son como los del mundo, pero se les parecen tanto en su forma de vestir, en su conversación y en sus acciones, que no hay distinción. Los vi adornando sus pobres cuerpos mortales que están sujetos a ser tocados en cualquier momento por el dedo de Dios y yacer en el lecho de angustia. Entonces, cuando se aproximan a su último cambio, una angustia mortal atormenta su cuerpo, y la gran pregunta es: ¿Estoy preparado para morir? ¿preparado para aparecer ante Dios en el juicio y soportar el gran examen?"
Preguntadles entonces qué opinan en cuanto a adornar sus cuerpos, y si tienen algún sentido de lo que es estar preparados para comparecer ante Dios, y os dirán que si pudiesen volver atrás y vivir nuevamente el pasado, corregirían sus vidas, evitarían las locuras del mundo, su vanidad, su orgullo, y adornarían el cuerpo de una manera modesta, dando ejemplo a todos los que los rodean. Vivirían para la gloria de Dios.
¿Por qué es tan difícil vivir una vida abnegada, humilde? Porque los cristianos profesos no están muertos al mundo. Es fácil vivir después de estar muertos. Pero muchos anhelan los puerros y las cebollas de Egipto. Tienen disposición para vestirse y proceder de un modo tan parecido al mundo como sea posible, y sin embargo, esperan ir al cielo. Los tales ascienden por otro camino. No entran por la puerta estrecha y el camino angosto . . .
Para ellos no habrá excusa. Muchos se visten como los mundanos para tener influencia. Pero en esto cometen un triste y fatal error. Si quieren tener una influencia verdadera y salvadora, vivan de acuerdo con su profesión, muestren su fe mediante sus obras justas, y hagan notar bien la distinción entre el cristiano y el mundo. Vi que las palabras, el vestido y las acciones deberían hablar en favor de Dios. Entonces se esparcirá una influencia santa sobre todos, y todos se percatarían de que ellos han estado con Jesús. Los incrédulos verán que la verdad que profesamos tiene una sagrada influencia, y que la fe en la venida de Cristo afecta el carácter del hombre o la mujer. Si alguien desea ejercer influencia en favor de la verdad, practíquela en su vida e imite así al humilde Modelo.

LA PREPARACIÓN PARA LA VENIDA DE CRISTO 


Vi que Dios odia el orgullo y que todos los orgullosos y los quien proceden impíamente serán como rastrojo, y que el día que se acerca los quemará. Vi que el mensaje del tercer ángel tiene que obrar todavía como levadura en muchos corazones que profesan creerlo, y quitar su orgullo, egoísmo, codicia y amor al mundo.
Jesús viene y ¿hallará un pueblo conformado con el mundo? ¿Lo reconocerá él como pueblo suyo que ha purificado para sí? Oh, no. Solamente reconocerá como suyo lo puro y santo. Reconocerá como suyos a los que han sido purificados y emblanquecidos por el sufrimiento, y se han mantenido separados, sin mancha del mundo.
Mi alma sintió profunda angustia al ver el hecho terrible del pueblo de Dios conformado con el mundo, sin que hubiese distinción, a excepción del nombre, entre los incrédulos y muchos de los profesos discípulos del manso y humilde Jesús. Vi que Jesús era herido y expuesto a la vergüenza pública. Al ver con pena que el profeso pueblo de Dios amaba al mundo, participaba de su espíritu y seguía sus modas, el ángel dijo: "¡Separaos! ¡separaos! no sea que se os asigne vuestra porción con los hipócritas e !incrédulos fuera de la ciudad. Vuestra profesión sólo os causará mayor angustia, y vuestro castigo será mayor por cuanto conocíais su voluntad y no la hicisteis".
Aquellos que profesan creer en el mensaje del tercer ángel, perjudican con frecuencia la causa de Dios con su ligereza, sus bromas y su superficialidad. Me fue mostrado que este mal había invadido todas nuestras filas. Vi que debería haber una humillación delante del Señor. El Israel de Dios debería rasgar el corazón y no los vestidos. Rara vez se ve una sencillez infantil; se piensa más en la aprobación del hombre que en el desagrado de Dios.
Dijo el ángel: "Poned en orden vuestro corazón, no sea que Dios os visite en juicio, y el frágil hilo de la vida se corte y caigáis en el sepulcro sin protección, sin preparación para el juicio. O si no descendéis al sepulcro, a menos que hagáis pronto paz con Dios y os apartéis del mundo, vuestros corazones se endurecerán, y os apoyaréis en un sostén falso, en una preparación supuesta, y descubriréis vuestro error demasiado tarde para obtener una esperanza bien fundada" ( Testimonies , tomo 1, págs. 127-134).

¿QUE APROVECHARA? 

Cristo invita a todos a reflexionar. Haced cálculos honrados. Poned en un platillo de la balanza a Jesús, que significa tesoro eterno, vida, verdad, cielo, y gozo 128 de Cristo en las almas redimidas; poned en el otro todas las atracciones que el mundo pueda ofrecer. En un platillo de la balanza poned la pérdida de vuestra propia alma y de las almas de aquellos para cuya salvación podríais haber sido un instrumento; en el otro, para vosotros y para ellos, una vida que se mide con la vida de Dios. Pesad para el tiempo y la eternidad. Mientras estáis así ocupados, Cristo habla: "¿Qué aprovecha al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?"¿Qué aprovecha al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?"Mat. 16: 26. (Nota: Mat. 16: 26.*) Dios desea que escojamos lo celestial en vez de lo terrenal. Nos presenta las posibilidades de una inversión celestial. Quisiera estimular nuestros más elevados blancos, asegurar nuestro más selecto tesoro. Declara: "Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre"Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre". Cuando hayan sido arrasadas las riquezas que la polilla devora y el orín corrompe, los seguidores de Cristo podrán regocijarse en su tesoro celestial, las riquezas imperecederas ( Palabras de vida del gran Maestro , págs. 353, 354). 129 (Nota: Isa. 13: 12.*)


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