UNA ADVERTENCIA CONTRA EL
ESCEPTICISMO
SIENTO la más intensa angustia por nuestra juventud. Os amonesto,
como quien conoce el peligro, que no os dejéis entrampar por Satanás, por medio
del pequeño conocimiento científico que podáis haber adquirido. Es mejor tener
un corazón puro y humilde que toda la ciencia que podéis obtener sin el temor
del Señor. Es probable que los jóvenes de hoy encuentren escépticos e
incrédulos dondequiera que vayan, por lo cual, ¡cuán necesario es que vayan
equipados de modo que puedan dar razón de su esperanza con mansedumbre y temor!
Tomás Paine ha pasado al sepulcro, pero sus obras viven para maldecir al mundo y
aquellos que dudan de la verdad de la Palabra de Dios colocarán estas
producciones incrédulas en manos de los jóvenes inexpertos para llenar sus
corazones de la atmósfera ponzoñosa de la duda. El espíritu de Satanás obra
mediante los hombres impíos, para llevar a cabo sus ardides para la ruina de las
almas.
EL PELIGRO DE LA RELACIÓN CON LOS ESCÉPTICOS:
Vivimos en una época de disipación, y los hombres y los jóvenes
son atrevidos en el pecado. A menos que nuestra juventud sea guardada en
santidad, y fortificada por principios firmes, y ejerza un mayor cuidado en la
elección de sus compañeros y de publicaciones que nutren su mente, será expuesta
a una sociedad cuyas normas son tan corrompidas como fueron las de los
habitantes de Sodoma. La apariencia de las personas del mundo puede ser muy
atrayente, pero si éstas continuamente sugieren dudas en cuanto a la Biblia, son
compañeras peligrosas, pues tratarán constantemente de minar los cimientos de
vuestra fe, de corromper la escrupulosidad de la religión antigua, evangélica. Los jóvenes se relacionan a menudo con personas de tendencias
escépticas, y sus padres ignoran el hecho hasta que se consuma la terrible obra
del mal y los jóvenes quedan arruinados. Se debería instruir diligentemente a
los jóvenes para que no sean engañados en cuanto al verdadero carácter de tales
personas, y no formen amistades con ellas, ni escuchen sus palabras de sarcasmo
y sofistería. A menos que nuestros jóvenes tengan valor moral para cortar la
relación con esas personas cuando descubran su incredulidad, serán entrampados y
pensarán y hablarán como tales amistades lo hacen, expresándose con liviandad
sobre la religión y la fe de la Biblia.
LA CONFIANZA PROPIA Y LA
CEGUERA
Si pudiesen ser abiertos los ojos de los jóvenes
engañados, verían ellos la mirada maliciosa y de triunfo con que Satanás
contempla su éxito en arruinar a las almas. Trata, por todo medio concebible, de
adaptar sus tentaciones a las distintas disposiciones y circunstancias de
aquellos a quienes desea enredar. Ensayará todo ardid, y si los que son objeto
de estas tentaciones no buscan a Dios, serán cegados para no ver sus engaños, y
se sentirán confiados en sí mismos, autosuficientes, ignorando su condición y su
peligro. Pronto llegarán a despreciar la fe entregada una vez a los santos.Hablo a los jóvenes como persona que sabe, a quien el Señor ha puesto de
manifiesto los peligros que acompañan la senda por donde van. La confianza en
vosotros mismos os conducirá a la trampa del enemigo. Los jóvenes no piden
consejo a Dios ni lo hacen su refugio y fortaleza. Entran en sociedad con plena
seguridad, confiados en que son enteramente capaces de escoger lo bueno y de
comprender los misterios divinos por sus facultades de raciocinio, como si
pudiesen descubrir la verdad por sí mismos.Tememos más por los que
confían en sí mismos que por cualquiera de los otros, pues serán atrapados
ciertamente en la red tendida por el gran adversario de Dios y del hombre.
Alguna persona elegida como amigo familiar y que ha sido manchada con la
corrupción de la duda, instalará su levadura de incredulidad en las mentes de
esta clase. Conquistará su atención adulándolos ampliamente por su talento, por
su superioridad intelectual, incitándolos a ambicionar una elevada posición, y
la atrofia moral se manifestará en ellos. Los que se exaltan en su propia
opinión, despreciarán la sangre del Sacrificio Expiatorio y contrariarán al
Espíritu de gracia.Quizá sean los hijos de padres observadores del
sábado, que han tenido gran luz que han sido objeto de la más tierna solicitud,
los que dejen una herencia vergonzosa, los que siembren viento y recojan
torbellino. En el juicio, los nombres de los que han pecado a despecho de una
gran luz, se hallarán escritos con los de los que estén condenados a estar
separados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder. Se perderán y
serán contados entre los despreciadores de la gracia de Cristo.Preferiría ver a mis hijos en el sepulcro, antes que verlos tomar el
camino que conduce a la muerte. El hecho terrible de que yo hubiera alimentado
hijos para que pelearan contra el Dios del cielo, para que engrosaran las filas
de los apóstatas en los últimos días, para que marcharan bajo la negra bandera
de Satanás, sería ciertamente para mí un pensamiento horroroso.
SE NECESITA VALOR MORAL
Nuestros jóvenes
hallarán tentaciones por todas partes, y deben ser educados de tal modo que
dependan de un poder y una enseñanza superiores a los que pueden dar los
mortales. Por todas partes hay despreciadores de nuestro Señor que habitualmente
arrojan sin menosprecio contra el cristianismo. Lo llaman juguete de niños
inventado para embaucar la credulidad de los ignorantes.Los que no
tienen poder moral, no pueden defender la verdad; no tienen valor para decir: "A
menos que cese esta conversación, no puedo permanecer en su presencia. Jesús, el
Redentor del mundo, es mi Salvador; en él se concentra mi esperanza de vida
eterna". Pero es exactamente el modo de hacerlos callar. Si argüís con ellos,
tendrán argumentos para haceros frente y nada de lo que digáis los conmoverá,
pero si vivís para Cristo, si sois firmes en vuestra fidelidad al Dios del
cielo, haréis por ellos lo que los argumentos no pueden hacer y por el poder de
la piedad los convenceréis de la falacia de sus doctrinas.No hay
espectáculo más triste que el que dan los que han sido comprados por la sangre
de Cristo, los que han sido dotados de talentos con los cuales glorificar a
Dios, al burlarse de los mensajes que generosamente les han sido enviados en el
Evangelio, al negar la divinidad de Cristo, y al confiar en su razonamiento
finito y en argumentos que no tienen fundamento. Cuando sean puestos a prueba
por la aflicción, cuando se vean cara a cara con la muerte, todas estas falacias
que han acariciado se desvanecerán como la escarcha se derrite al sol.¡Cuán terrible es estar junto al ataúd de quien ha rechazado los
llamamientos de la misericordia divinas ¡Cuán terrible es decir: He aquí una
vida perdida. Aquí está quien pudo haber alcanzado la más elevada norma y
obtenido la vida inmortal, pero entregó su vida a Satanás, llegó a enredarse en
las vanas filosofías de los hombres y fue juguete del maligno! La esperanza del
cristiano es como ancla para el alma, segura y persistente, y entra hasta dentro
del velo adonde ha entrado por nosotros Cristo, el precursor. Tendremos que
hacer una obra individual en preparación para los grandes acontecimientos que
nos esperan.LA TEMPESTAD SE AVECINA
Los
jóvenes deberían buscar más fervientemente a Dios. La tempestad se avecina y
debemos prepararnos para afrontar su furia mediante el arrepentimiento para con
Dios y la fe en nuestro Señor Jesucristo. El Señor se levantará para sacudir
terriblemente la tierra. Veremos desgracias por todas partes. Miles de barcos
serán arrojados a las profundidades del mar. Armadas enteras se hundirán, y las
vidas humanas serán sacrificadas por millones. Estallarán incendios
inesperadamente y no habrá esfuerzo humano capaz de extinguirlos. Los palacios
de la tierra serán arrasados por la furia de las llamas. Serán cada vez más
frecuentes los desastres ferroviarios; en las grandes vías de tránsito habrá
confusión, choques y muerte sin la advertencia de un momento. El fin está cerca,
el tiempo de gracia termina. ¡Oh, busquemos a Dios mientras puede ser hallado,
llamémosle en tanto que está cercano! El profeta dice: "Buscad a Jehová todos
los humildes de 88 la tierra, que pusisteis en obra su juicio; buscad justicia,
buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová" (
Signs of the Times , abril 21, 1890). (Nota: Sof. 2: 3.*)
LA
DEPENDENCIA DIARIA DE DIOS
Cuando os levantáis por la mañana,
¿sentís vuestra impotencia y vuestra necesidad de fuerza divina? ¿Y dais a
conocer humildemente, de todo corazón, vuestras necesidades a vuestro Padre
celestial? En tal caso los ángeles notan vuestras oraciones, y si éstas no han
salido de labios fingidores, cuando estéis en peligro de pecar inconscientemente
y de ejercer una influencia que induciría a otros a hacer el mal, vuestro ángel
custodio estará a vuestro lado, para induciros a seguir tina conducta mejor,
escoger las palabras que habéis de pronunciar, y para influir en vuestras
acciones ( Joyas de los testimonios , tomo 1, págs. 347, 348).
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